top of page
Buscar
  • Foto del escritorALG

Cuando vuelvan a volar las cometas

Ni por toda mi ilusión alzó el vuelo para hacer piruetas, ni siquiera ella fue capaz de levantarla de la arena.

"Peace and Reconstruction" Portada de British Vogue (1945, después de la S. G. M.)


Blanca como la espuma, envidiada por todos los niños de la playa y en forma de gaviota. Así era mi preciosa cometa. Mi padre la había comprado en una tiendecita cercana a la playa para un pequeño de 8 años, yo, que quedó maravillado ante aquel artefacto. Mi preciosa gaviota de tela y cuerda merecía disfrutar de las alturas tanto como lo hacían sus congéneres plumados por lo que puse todo mi esfuerzo en lanzarla hacia el cielo, como había visto en las películas.


La realidad resultó bastante decepcionante, la cometa chocó con el suelo y no con las nubes, como yo esperaba. Se me había advertido que no debía mojarse si quería que volara, así que con rapidez, la recogí antes de que alguna ola traviesa la empapara y le sacudí las arenas para que todos los visitantes de la playa quedaran deslumbrados por su belleza y pulcritud al verla volar. Este proceso tuve que repetirlo unas cuantas veces, porque todos los despegues fueron un fracaso. Ni por toda mi ilusión alzó el vuelo mi gaviota para hacer piruetas, ni siquiera ella fue capaz de levantarla de la arena.


Desde las tumbonas, los adultos me recordaron que a mi técnica le faltaba un elemento imprescindible: debía esperar una corriente de aire que elevara la cometa. Así que me quedé en la orilla, cordel en una mano y gaviota en otra, esperando al momento indicado para elevarla por las nubes y, con ella, mi ilusión y alegría.

Estos días me siento de la misma manera. Nos intuyo cuidando de nuestras cometas, acicalándolas para que cuando vuelen, todos puedan volver a verlas como si nunca se hubieran caído. Nos temo tan ansiosos de que toquen el cielo que pretendemos lanzarlas todo el rato, aunque estén destinadas a estrellarse. Nos pienso tan deseosos de ser libres en lo alto que parecemos olvidar el suelo. Pero, sobretodo, nos sé esperando por esa brisa veraniega que nos devuelva, a nosotros y a las cometas, al cielo.


Tras mucha espera y otras tantas frustraciones, conseguí hacer volar mi gaviota, que nada tuvo que envidiarle a las reales en sus cabriolas, tirabuzones y demás piruetas. Recuerdo ser muy feliz en aquel momento, y así es como muchos esperan sentirse cuando todo esto acabe. Otros creen que para cuando podamos sacar nuestros cartones voladores, vendrá una tormenta tan enorme que echará por tierra cualquier pretensión de disfrute y algunos admiten conformarse con conseguir planear, aunque sea unos metros.


Si nos preguntáis a mí o a mi yo de 8 años, quizás por cosa de la esperanza, la ilusión o la inocencia, los dos soñamos que viviremos la escena final de Mary Poppins y saldremos todos y todas a lucir y hacer volar nuestras preciosas y remendadas cometas.


93 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo

1 comentario


nor.cabrera
23 abr 2020

Hola, Asier.

Aquí estoy como siempre, pero esta vez es diferente. Me ha encantado el estilo, la sencillez del lenguaje bla, bla, bla.......

NO. Me ha conmovido tu MENSAJE DE ESPERANZA. Me ha tocado en lo más hondo. OJALÁ, OJALÁ, VUELVAN A VOLAR LAS COMETAS.

Has logrado la misión del escritor: transmitir EMOCIONES.

Felicidades y gracias ❤❤❤

Me gusta
Publicar: Blog2_Post
bottom of page