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¿Y Si Me Tiro?

¿Saben volar los pájaros cobardes?


Penya-segats (1926, Salvador Dalí)


Una vez... Una vez tuve un sueño, ¿sabes? Una vez…soñé que podía volar. Ya sé que todo el mundo que sueña que vuela, o al menos dice que lo ha soñado, pero te aseguro que yo volaba. Y soñaba, sí… pero la cosa es que, y escúchame bien lo que te digo, no es un sueño si es real. ¿Por qué no habría de serlo? Joder, alguien tuvo que soñar también que podía volar y ahora tenemos aviones aunque nadie sabe cómo cojones funcionan. Porque simplemente cogen y salen volando, ala, ya está. Si yo volaba… ¿Por qué iba a soñar con algo que nunca va a ser?


Que lo estoy viendo, eh. Que no soy idiota y veo el puñetero acantilado. Si es que está ahí, con el precipicio asomándome por la parte innoble de la cintura. Noto perfectamente el viento escupiéndome en la cara, las manos frías apretadas y los pies aquí quietos bien anclados no vaya a ser. Poniendo además la oreja a las clases de baile que le está dando el mar a mi corazón. Y yo me oigo también, eh. Y sé como sueno. Que si echar a volar y los sueños y no sé qué. Que yo no estoy diciendo que pueda volar, pero tampoco que no pueda. ¿Por qué sabes qué oigo también? Una vocecita aquí dentro que me dice: "¿Y si me tiro?"


Lo primero de todo es que yo no me quiero matar, eso está claro. O al menos no me quiero matar a lo tonto. Yo desde aquí miro y las distingo perfectamente, así te lo digo: las olas, los peñascos de la costa, las toallas de los turistas... Y la caída, claro, que no es poquita cosa y está la cosa para esnafrarse aquí mismo. ¿Sabes de lo que me acuerdo yo viendo este panorama? Del chiste aquel que contaba el abuelo Miguel, que decía que

existen dos tipos de preguntas: las oportunas y las estúpidas. Que las de uno son las primeras y de los demás las segundas. Anda que no me acuerdo también de las caras que ponía la yaya Juana, mientras los tíos le reían la gracia al viejo, recogiendo los ojos cual persiana y remangándose con gestos de coplera como preguntándose qué boleto había jugado ella para que le tocara marido semejante si la pobre había casado con un soldador. A ver si es que el abu Miguel resulta que más que soldador era filósofo. Porque a mí la pregunta del "¿Y si me tiro?" me parece más que oportuna. Si es que si yo me planteo a mí mismo coger ahora y saltar pues por algo será. Que yo lo sé. Que yo lo soñé.

¿Me tiro sí o no? Vamos a ver, yo tampoco soy gilipollas. Que si voy y salto ahora mismo me mato. Bueno o no. Que no es que me vaya tirando yo por los acantilados de la vida. Y oye, a ver si precisamente el problema va a ser ese. A ver si lo que pasa es que volar es un instinto, que uno no lo hace porque tampoco se ve en la necesidad del momento. Uno tampoco deja de gatear y se pone andar hasta que dice: “Hostia, lo que me estoy perdiendo, tú”. Fijo que además yo de bebé soñé que podía andar. Así que joder, a lo mejor no me mato y vuelo. ¿Si no para qué me pregunto a mí mismo si me tiro? A lo mejor los pájaros tampoco lo saben. Dicen “me tiro y me mato”, pero luego se tiran y no se matan. A mí me quiere sonar algo de que las cigüeñas tiran a sus hijos del nido y que algunos se estampan contra el suelo. La gente va y se piensa que los lanzan para que se maten y alguno si puede las intenta denunciar a la Guardia Civil para que intervengan los servicios sociales. ¿Y qué saben ellas que se van a matar? Si ellas vuelan, pues cómo no van a volar sus hijos. ¿Y si las cigüeñas no vuelan para que yo sí lo haga? Porque si hay pájaros que no puedan volar, digo yo que habrá personas que sí que puedan. Joder que no estoy loco, eh, que yo sé que no vuelo. Pero si no soy de esos que vuelan… ¿Para qué lo sueño? O lo que es peor ¿Por qué me invito a tirarme?


Aquí quieto no voy a decidir nada, así que me voy a dar un paso. Me acerco ahí, al abismo, al despeñadero, al precipicio, al vacío, a la muerte, al futuro, al destino, al hoyo, al agujero en cuestión. Y digo, pues salto. ¿Por qué no iba a saltar? Si me estoy diciendo que salte. Si lo hizo Alicia por un conejo cualquiera, ¿Qué no haré yo por mi voz? Que a lo mejor la vida va de eso. Que por un agujero entramos y por otro hay que salir. Y que cuantos agujeros hay, que será por agujeros. Que si los del queso, que si los del corazón, los cinturones y la memoria, que si las cerraduras, que si los agujeros negros, que si agujeros en los dientes… Si hasta la Luna tiene agujeros, joder. ¿Tiene la Tierra agujeros? Joder, si los tiene hasta cuerpo. Que el cuerpo tiene también la hostia de agujeros: por los que hueles, por los que oyes, por el que echas la mierda y el del culo. Y que a lo mejor la vida también es eso. Que hay agujeros que son para entrar, otros para salir y otros que no te dejan entrar y otros que no te dejan salir. Y que la vida a lo mejor es que es eso, saber qué agujeros sí y cuáles no. ¿Y este agujero sí o no?


¿Sabes qué pasa si me voy ahora, si me alejo del acantilado? Que ni vuelo ni no vuelo, que ni vivo ni no vivo. Nunca doy el salto que me cambia o me quita la vida. Me voy andando como vine y da igual lo que yo haya soñado o dejado de soñar y lo que me haya dicho o me haya dejado de tirar. No sé, ahora estoy algo más tranquilo. A lo mejor este agujero o este acantilado son las formas que tiene la vida, Dios o quien sea de preguntarte que qué vas a hacer. Aunque no lo sepas ni tú. Bueno, o simplemente es una broma pesada, de las que a Juana le hacían menos gracia que las del abuelo, que te recuerdan que por mucho que lo sueñes, no puedes volar. Yo que sé, a ver si todo va a ser cuestión de un salto de fe.


O quizás, y solo quizás, a veces más que soñar e incluso más que volar, vale la pena preguntarse: "¿Y si me tiro?". Que también es soñar, que también es volar.


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1 Comment


nor.cabrwra
Jan 23, 2022

Ante todo hola, Asier. Hace mucho que no publicadas, me alegra mucho volver a leerte. Y saber que sigues ahí.

Bienvenido. Tiempo y cambios. Tus intereses parece que no cambian, pero tu lenguaje sí. Creo que has perdido idealismo para ganar en cercanía. Parece que antes hablabas pata ti mismo y hoy pára mí, para todos. Más coloquial. Como sea, se nota el cambio en la firma de expresarte. Y, ¿sabes una cosa?, me gusta. Quizá ya no seas tan lírico, pero llegas más cerca. Me,alegro mucho de volver a leerte. Un abrazo, ahora que parece que el covid va a dejar que volvamos a hacerlo 😉😊

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